jueves, 8 de septiembre de 2011

24 de Agosto, 00:13

 
Aprovechando el ambiente que tengo con esta luz me voy a fumar la colilla, todavía le puedo sacar unas cuantas caladas. El humo forma haces de luz como si provinieran gloriosamente del cielo y los ángeles cantaran a capella el "Ave María" de Schubert. Puedo levitar.

Arriba hay un tipo que me observa con gesto bovino dando vueltas alrededor mío, lleva una mochila a sus espaldas y una cámara de fotos en la mano. Se agacha, encuadra, se levanta, busca otro ángulo.....¿qué es esto?¡¡¡¡¡¡¡¡ . Ha montado unos flashes y unos paraguas alrededor mío y me está haciendo fotos. De vez en cuando se asoma algún curioso y sonríe con suficiencia.

Ese tipo soy yo y sin embargo no me sorprende, aunque me pregunto por qué él está allí  y yo aquí. A cada golpe de flash las margaritas alargan sus pétalos hacia la luz mientras mi vecina del segundo grita más y más en un éxtasis mercenario, un éxtasis de cotilla tras la persiana, de mirilla clandestina.

Las luces se apagan, la vieja ahoga sus miserias y yo me voy y me quedo, solo.

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