martes, 5 de febrero de 2013

24 de agosto, 00:19


Como un perro de colmillos sangrientos, como un perro hambriento por desgarrar una dentellada. Tengo cuentas pendientes que desde aquí no voy a poder saldar, humillaciones por vengar, hipocresías que desenmascarar, traiciones cicatrizadas que no dejan de sangrar, promesas amargas edulcoradas, promesas más ligeras que el aire, promesas, promesas, promesas, olvidos, risas dorsales.....mierda pura.

Hay lágrimas que ríen a carcajadas tras un velo de falsedad pero las mías son de verdad, negras, espesas, pegajosas y cargadas de razones para abandonar este lugar. No son falsas ni se esconden, son lágrimas de perro rabioso; muerden y desean morder, a muerte.

El espejo nunca miente, sólo su reflejo.

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